SENDERO DE LAS ESCULTURAS
Jardines del Museo La Tertulia.
Los Jardines del Museo La Tertulia se han transformado en un escenario cultural de encuentro y participación de enorme vitalidad e importancia para la ciudad. En esa misma medida, su potencial como sala de exposiciones al aire libre y espacio para la formación de públicos ha crecido y reclamado mayor atención y divulgación.
Sendero de las Esculturas es una ruta expositiva que busca visibilizar el conjunto de esculturas que se encuentran instaladas en los jardines del Museo La Tertulia y que hacen parte de su Colección, así como su relación con el entorno natural y la arquitectura del Museo, que le dan forma a un complejo cultural de enorme riqueza y diversidad.
La exposición al aire libre comprende la reinstalación de una serie de esculturas que por razones de conservación se desmontaron, así como la exhibición de otras que permanecen en la Reserva del Museo y que pare esta ocasión, se instalará en la Casa Obeso Mejía. El programa busca fortalecer la divulgación de la Colección del Museo y su presencia en los jardines; que la ciudad reconozca la estrecha relación entre el arte, la cultura, la naturaleza y la arquitectura; y por supuesto, contribuir a la apropiación de los jardines del Museo por parte de la ciudadanía.
Sendero de las Esculturas está acompañada de “A Orillas de la Tertulia”, un mapa dirigido a la familia que permite conocer la historia del museo y de las esculturas que se encuentran en sus jardines y senderos.
ARTISTAS: Feliza Bursztyn, Mónica Restrepo, John Castles, Édgar Negret, Yukata Toyota, Lydia Azout.
CURADURÍA: Melissa Aguilar y Adriana Ríos.
La totalidad de las piezas escultóricas son seis (6) obras pertenecientes a la Colección del Museo, emplazadas en sus entornos aledaños a los edificios de la institución:
Flor (1975), de Feliza Bursztyn
Hierro y acero soldados
Esta Flor hecha de bumpers o parachoques de carro abollados y se entronca de manera perfecta en los jardines del Museo.
En las décadas de los 60 y 70, la obra de Feliza Bursztyn revolucionó la escultura colombiana al incluir materiales de desecho, piezas industriales, motores y elementos en movimiento. Junto congestionada Avenida que trasladó el curso del río. Con el paso del tiempo se ha convertido en otra insignia del lugar, en contraste con las líneas rectas de la arquitectura y en diálogo con las enormes ramas del viejo samán.
Kirilim bam bam (2017), de Mónica Restrepo
Ensamble de baldosas y cemento.
La ciudad de Cali es considerada un museo de la salsa a cielo abierto. Un género musical que se conserva en los cuerpos, las calles y las discotecas de la ciudad desde los años sesenta. Entre escenografía y mobiliario museográfico para prácticas inmateriales, un piso de baldosas blancas y amarillas -que reproduce aquel que «se azota» en las discotecas-, conforma un espacio transitable donde el cuerpo de los visitantes que pasean por el jardín, puede a su vez reproducir el repertorio de movimientos aprendidos en la pista. La memoria corporal va trayendo alguna melodía y aunque los caleños no se sepan todas las canciones, algunas estrofas se quedan grabadas en la cabeza… bam bam kirilim bam bam.
Sin título, de John Castles
Hierro soldado y oxidado.
Durante sus estudios universitarios de arquitectura, comienza el interés de John Castles por las artes plásticas en un ambiente en el que irrumpen en el país diversas exploraciones
modernas en la escultura – como las de Negret y Ramírez Villamizar-, en las que mediante juegos geométricos se proponía una exploración nueva del espacio. Desde entonces comienza la experimentación de este artista con las distintas posibilidades del metal, con las que juega siempre con el encuentro y cruce de los planos: desde múltiples y sutiles variaciones, ha pensado el equilibro de mil maneras.
Escalera (1972), de Édgar Negret
Aluminio pintado.
Édgar Negret estudió en la Escuela de Bellas Artes de Cali entre 1938 y 1948 y luego conoció al escultor vasco Jorge Oteiza, quien lo acercó a la escultura moderna. Entre 1955 y 1963 vivió en Nueva York (Estados Unidos), donde comenzó a desarrollar ensamblajes de láminas de hierro y aluminio pintados de rojo, negro, azul o blanco, alusivos a máquinas, organismos vivos o construcciones antiguas. El maestro Negret aún vivía en Cali cuando estaba por concluir la construcción de la Cinemateca y decidió donar esta escultura en forma de escalera, la cual bautizó con el mismo nombre. Esa pieza es un gran ejemplo de integración de la arquitectura con las obras de arte de la Colección.
Espaço Vibração, de Yukata Toyota
Acero inoxidable ensamblado.
De origen japonés, este artista se radicó en São Paulo (Brasil) en 1957, donde consolidó su línea de trabajo reuniendo pautas de los movimientos cinéticos y ópticos latinoamericanos. Construye distintos objetos modulares en los que las propiedades materiales del acero y del aluminio cobran un rol fundamental por su dureza, su brillo y su capacidad reflectiva. En esta pieza, los distintos “brazos” pueden girar alrededor de su eje, configurando un particular “flor de los vientos”, donde los espectadores son los encargados de proponer distintas configuraciones.
De la serie: Guardianes de la Tierra (1998), de Lydia Azout
Escultura, acero
Lydia Azout ha tratado con materiales, espacios y propuestas diversas para ir armando imágenes simbólicas. La serie Guardianes de la Tierra alude al cosmos y a las fuerzas terrenales. La escultura está inspirada en el triángulo como fuerza interior que atrapa las energías. Los grandes círculos en metal oxidado se relacionan con lo espiritual y metafísico. Esta obra invita a los visitantes a subirse en ella y jugar con sus resortes.