MASTER/COPY
Artistas: Juan Mejía, Wilson Díaz
Curaduría: Guillermo Vanegas
En el lapso de tres años, Wilson Díaz y Juan Mejía desarrollaron una metodología que pasó a ser su marca de fábrica: colectivo organizado de manera informal que traducía su interpretación de la autobiografía y el examen de la gestión institucional en múltiples retóricas visuales. Para lograrlo, tomaron decisiones que terminaron consolidándose como estrategias habituales en la producción de un amplio grupo de seguidores –y perseguidores- de varias ciudades. Hicieron cosas, eventos, amigos y enemigos.
La muestra que está conformada por obras en varios soportes como: papel, escultura, video, pintura entre otros, muestra cómo el balance es desigual frente a los resultados obtenidos. Ese es su mayor éxito: no se crearon un semblante apegado a la ética del triunfo público. Algunas veces acertaron. Otras, vieron extraviarse sus trabajos. Promovieron la realización de eventos para otros artistas. Escribieron sobre arte. Crearon críticos. Suplantaron artistas. Y luchadores profesionales. Como tanto literato confundido, también probaron con el cine. Verificaron los límites de la responsabilidad institucional para reflejar la irresponsabilidad institucional. No organizaron una militancia con lo que encontraron.
En ésa época, poco se pensaba en las negociaciones que estos artistas debieron efectuar. Algunos observadores -periodistas primordialmente-, creían que hacían lo que les daba la gana. Quizá por lo mismo, otros les miraron con indiferencia. Sin embargo, para mezclar precariedad con desvergüenza debieron consumir de mejor manera lo que más les sobraba: tiempo. Para planear, decantar, conversar y volver a empezar. Cosa nada fácil. Sobre todo porque antes del auge digital hacer copias maestras era difícil, y costoso. Corregir un resultado final era una tarea mucho menos factible. Por lo mismo, se necesitaba saber improvisar. Siguiendo el mayor número de caminos. No se trataba de demostrar erudición sino de escoger rápido y correr. Para pensar después dónde se iría a terminar.
Guillermo Vanegas, curador de la exposición