EXPOSICIÓN ‘PINTURAS DE OMAR RAYO’
20 DE NOVIMEMBRE DE 1957
“Descubrir la geometría es reconciliarse con la vida. La infelicidad es producto del caos”. – Omar Rayo.
Este artículo es el segundo de cinco entregas que hará el Centro de Documentación del Museo La Tertulia – CEDOC MLT, abordando el tópico de exposiciones ocurridas en el museo a lo largo de su historia. Al Centro le interesa poner en evidencia parte del material documental y bibliográfico que preserva, con el fin de invitar a investigadores, investigadoras y artistas a aproximarse a las colecciones y fondos del lugar, pues solo de esta manera, en colectivo, se logrará consolidar el espacio como una punta de lanza en cuestiones de arte, patrimonio, cultura e investigación.
Fig. 1 Tomado de la Planoteca del Departamento de Planeación Municipal (1950). Plan Piloto Cali – Plano de Zoneamiento Industrial Fase Total.
Es necesario situar contextualmente a Cali en los años en los que se dio apertura a las exposiciones del museo, en un inicio, como tertuliadero y punto de encuentro de intelectuales, bohemios y artistas. La ciudad era muchas cosas en asuntos sociales, económicos, culturales y políticos; sin olvidar los relacionados con la vida cotidiana, los pensamientos y los sentires de sus habitantes por esos años. Solo así pueden entenderse las obras de cada artista, porque el arte no es ajeno al mundo, al contrario, es resultado del mundo.
A Cali llegó la modernidad por partes, debido a que la región poseía un espíritu patriarcal, moralista y conservador, heredado de los siglos esclavistas que cargaban esas tierras, ya que, en su mayoría, el territorio se había construido sobre haciendas de actividad agropecuaria que nutrían ese sistema. Hasta 1910, fecha en que la ciudad se convierte en la capital del nuevo Departamento del Valle del Cauca, el protagonismo de la zona lo poseía Popayán y la gobernación del Gran Cauca, la cual fue decayendo paulatinamente a medida que se abolía la esclavitud.
No existe ningún proceso modernizante sin transportes ni comunicaciones, es por eso que solo hasta la llegada del Ferrocarril de Pacífico a la ciudad en 1915, Cali pudo hablar de progreso. Este evento consolidó una gran actividad comercial alrededor de los productos que se movilizaban por ese corredor, puesto que era amplio, pues comprendía desde el puerto de Buenaventura hasta La Virginia en el actual departamento de Risaralda. A su vez que evidenció la necesidad de mejorar las vías terrestres de acceso a la zona, permitiendo la llegada de camiones y carros, tornando poco a poco más urbano el paisaje de la ciudad y dejando atrás la autopista acuosa del Río Cauca. Esta transformación estuvo liderada por la élite que poseía los recursos materiales e intelectuales para hacerlo posible y que ahora diversificaba sus actividades económicas para maximizar sus ingresos, además de que replicaron la estructura familiar sobre la que se cimentaron en el siglo pasado, ahora convertida en una nueva estructura empresarial, pues estas actividades mutaron a negocios familiares.
La primera pisada de este quilombo modernizante en Cali ocurrió en el ámbito de lo económico y político. Los beneficios que esperaban y que obtuvieron los miembros de la clase dirigente fueron enormes y satisfactorios, lo que posteriormente permitió el desarrollo de todos los demás frentes de la sociedad, cultural y socialmente la ciudad empezó a cambiar, a partir del centenario de la independencia del país. Se inauguraron varias obras civiles: la Biblioteca del Centenario, la primera planta eléctrica, la primera etapa del alcantarillado, la primera empresa de teléfonos, la Cámara de Comercio, entre otras. Hay que recordar que esta serie de obras fueron impulsadas por la élite que buscaba emular el estilo de vida en Europa y en América del Norte, además de que hubo una fuerte influencia el pensamiento surgido de la Revolución Francesa en el siglo XVIII, y que fue tierra fértil para mucho de lo que ocurriría más adelante con la incorporación del sistema capitalista.
Los años veinte del siglo pasado estuvieron caracterizados por los conflictos sociales que protagonizaban las clases subalternas quienes reaccionaron a la negación de su participación activa en el proceso modernizador. Esta reacción, se dio en parte, por el acceso a la educación que tuvieron gracias a las escuelas de artes y oficios que se crearon con el fin de tecnificar la mano de obra de las nuevas fábricas que se instalaban en la ciudad. Por otro lado, es importante afirmar que la élite aceptaba todos los beneficios del desarrollo de sus negocios que propiciaban un cambio en el estilo de vida que los unía con mercados y modos de vida en el extranjero y a su vez rechazaban los nuevos ideales, los cambios morales y la incorporación de otros sectores de la sociedad en la cadena productiva, bajo otros acuerdos sociales. Entonces puede notarse que había una relación contradictoria, entre la sociedad vieja y la nueva que se estaba conformando, algo típico de los momentos bisagra en la historia de las sociedades.
Fig. 2 Tomada del repositorio de la página web del Museo Rayo: Dibujo y Grabado Latinoamericano (s.f). (s.n) (www.museorayo.co)
Omar Rayo nace en Roldanillo, Valle del Cauca, el 20 de enero de 1928 y se puede decir que su formación como artista de la geometría, la ilusión óptica y el rigor técnico es completamente autodidacta y casi que por inspiración natural. Se nutrió de viajes físicos y mentales a diversas partes del mundo donde consolidó amistades y colegajes que lo llevaron a explorar diversas técnicas artísticas, además del aprendizaje de distintas experiencias y conceptos. Es el creador del Bejuquismo.
Rayo gana en 1953 una beca para continuar sus estudios en Madrid, pero en lugar de aceptar decide iniciar una gira suramericana que determinó gran parte de su trabajo en el futuro. Regresó al país a finales de 1957. Llegó cargado de nuevas ideas y miles enseñanzas. Dentro de las cuales se destaca la fascinación por las figuras precolombinas lo que desembocaría en su interés por el arte geométrico característico de su obra. Su llegada solo fue un paréntesis que lo impulsaría para continuar moviéndose por el mundo, ya que justo después de realizar la exposición Pinturas de Omar Rayo en noviembre de 1957, llevada a cabo en el Museo de Arte Moderno La Tertulia, se muda a México en 1959, lugar donde se construyó su estilo artístico abstracto.
De la mencionada exposición, se puede decir que fue la primera muestra que se realizó de Rayo en Colombia, después de concluir su Gira por Suramérica, viaje que hizo parte su eterna exploración artística. Esta exposición la apoyó la Dirección de Bellas Artes y la
Extensión Cultural del Valle. Fue instalada en la casona de San Antonio, primera sede del museo, y se presentaron treinta y cinco obras en total, agrupadas bajo las temáticas de la inocencia, los animales, la diversión, el amor, la raza, la carne y Sur América.
El espacio que poseía La Tertulia en ese año, 1957, siempre estuvo abierto a los artistas que quisieron participar y exponer, es por eso que es uno de los primeros lugares que da la bienvenida al Rayo pintor, ya no más caricaturista, y uno de los últimos lugares que acoge su obra antes de su estadía internacional.
Fig. 3 Tomado del Repositorio Digital del Centro de Documentación del Museo La Tertulia – CEDOC MLT (1957). Pinturas Omar Rayo (www.archive.org)
Referencias bibliográficas
The University of Michigan Libraries (1953). Boletín de Música y Artes Visuales. Editorial Pan American Union. Department of Cultural Affairs. URL
Grupo de Investigación Nación Cultura y Memoria (2011). Historia de Cali Siglo XX, Tomo III Cultura. Universidad del Valle. Cali Colombia.
Webgrafía
Archive CEDOC MLT. Clic aquí.
Museo Rayo Dibujo y Grabado Latinoamericano. Clic aquí.