ABRIR, apuntes sobre el fondo Cinemateca La Tertulia.
Este texto es un acercamiento a la historia del acervo documental del proyecto Recuperación y Puesta en Valor del Archivo Cinemateca Museo La Tertulia, posible gracias al apoyo del portafolio ‘Gestión Del Patrimonio Audiovisual Colombiano’ del Ministerio de Cultura.
Texto por Miguel Baralt
Un archivo histórico es la suma de las historias que sus documentos conservan. Un archivo acumulado1 es, por otra parte, una incertidumbre, pues acumular es escapar del orden, eludir el “fue y ya no es” y dejar al tiempo todo el trabajo. Parte del trabajo del archivista es ordenar los restos materiales que se acumulan, otorgando importancia para organizar un mundo que perteneció a otro tiempo al inventariar, seleccionar, catalogar, restaurar y conservar.
El fondo acumulado de la Cinemateca del Museo de la Tertulia ha sido por más de cuatro décadas una incertidumbre que ha atraído la atención de generaciones de archivistas, cineclubistas y aficionados que han pasado por esta sala. Desde su fundación, la necesidad de construir un lugar que cumpliera con los pilares de toda cinemateca2 ha sido un interés constante para las directivas y encargados de la gestión de este espacio. En el año de 1975, cuando diarios locales y nacionales reseñaron con entusiasmo el nacimiento de, no solo la primera Cinemateca de la ciudad sino una de las primeras a nivel nacional3, ponían especial atención al hecho de que su apertura permitiría no solo la exhibición continua de filmes de difícil acceso, sino que cumpliría con labores orientadas a consolidar el patrimonio cultural local al archivar filmes, conservar fotografías de películas, actores y técnicos; guardar argumentos y guiones de cintas ya realizadas; tener publicaciones y libros relativos al cine y, sobre todo, apoyar la industria fílmica:
“Con la inauguración de la cinemateca del Museo La Tertulia, Cali se integra a la avanzada artística colombiana. La idea que en un principio parecía una quijotada, venía gestándose desde que existía el Cine-Club La Tertulia hace dieciséis años. Cuando empezó a construir el segundo bloque del museo, las directivas de este, fieles a su concepto de que los museos no deben ser estacionarios sino proyectarse en lo posible hacia todos los campos de la cultura, comenzaron a ver que su viejo proyecto podría ser realidad. Hoy, después de pasar un año en el acondicionamiento del equipo, y otros tantos en la consecución de estos, con el estreno nacional de “Ludwig. El Rey loco de Baviera”, Cali viene a ser, después de la capital, la única ciudad del país con cinemateca”. (Tras 16 años nació en Cali una Cinemateca”. Olga Lucia Navia, Semana TV, sábado 10 de mayo de 1975).
“La Cinemateca responde a la necesidad de fomentar en sus diferentes aspectos el cine como arte que es, y no solo como un simple medio de entretención. Aquí no se trata de explotar únicamente películas conocidas sino crear una educación cinematográfica y que a su vez sirva a los cineastas para tener un archivo de información tanto de biblioteca como de filmoteca. La filmoteca se hará con películas que se escapen del horno crematorio de los negociantes del cine y con donaciones”. (‘Museo La Tertulia inaugura moderna cinemateca el día 6’; diario El País, 5 de mayo de 1975. Cali, lunes 05 de mayo de 1975).
En 1980, el plan de desarrollo de la Cinemateca4 aún incluía dentro de sus objetivos principales la recuperación, catalogación y conservación de películas al tiempo que anunciaba como actividades paralelas a la exhibición, la documentación y difusión de material publicitario, investigativo y reflexivo que estimulará la investigación y exploración de sus asistentes más allá de visionar los films exhibidos. La construcción de una cinemateca que cumpliera con el amplio espectro de actividades encaminadas al patrimonio de la cultura cinematográfica fue aplazado o cubierto solo parcialmente desde entonces.
Son más de cinco décadas de diferentes gestiones y cambios con respecto a los procesos de valoración de este fondo acumulado, tiempo en el que no han dejado de existir personas interesadas en activar dicha función. Esto se puede ver en el catálogo de actividades que editó el museo en el año de 19905, y en el que Eugenio Jaramillo, entonces director de la Cinemateca, anotaba el inventario parcial acumulado desde 1956 (aún, incluso, cuando funcionaba como cine-club y el comité organizador concertaba espacios en diferentes teatros y salas de la ciudad), y en el que resumía su experiencia personal trabajando con el archivo, al tiempo que llamaba la atención sobre cómo, a comparación de las Cinematecas del mundo, la del museo era entonces bien discreta.
Jaramillo agrupó de manera general el inventario parcial que ya en el año de 1990 se tomaba como de atención urgente, describiendo cómo hasta entonces habían logrado reunir algunos filmes clásicos en 35 m.m. como Los Verdugos también Mueren de Fritz Lang, Los Ojos del Siglo y Mi Padre’ de Istvan Szabó, Cuchillo al Agua de Roman Polanski, La Ciudad se Defiende, Toto Busca Paz de Jerry Lewis, junto con 19 títulos de la cinematografía mexicana, 12 cintas en 16 m.m., documentales mudos y noticieros; así como 430 títulos de video en media y 3/4 de pulgada. Así mismo, reseñaba que en cuanto a material gráficola cinemateca contaba con una colección de 1.320 carteles de cine, 7 .500 fotografías, mientras que la hemeroteca, por su parte, contaba entonces con 17 colecciones de revistas de cine de diferente nacionalidad, así como plegables, press-books y 5 enciclopedias. La biblioteca poseía entonces 51 libros especializados.
Hay que decir que, aparte del inventario cinematográfico en celuloide, que se perdió en su totalidad, el resto de los tipos documentales sobrevivieron al tiempo y este es hoy en su gran mayoría el fondo cinemateca. Según Eugenio,una de las razones por las cuales siempre la dirección de la cinemateca dio mayor prioridad a la exhibición fue debido a que la exhibición genera ganancias, en cambio los procesos de conservación y patrimonio generan gastos, debido a los altos costos que representa generar las condiciones climatológicas y de saneamiento óptimas para que una institución cumpla como garantes del patrimonio documental:
“Debíamos tener una sala con un nivel de refrigeración a 14%, que era imposible poner aquí, pues esta es una construcción donde el sol da del amanecer al ocaso, entonces debido a la temperatura y humedad -debido a la cercanía que hay con el río- era imposible mantener películas en 35 mm, 16mm, o en cualquier formato. Se le dio entonces mayor prioridad a la exhibición y se hizo de lado la tarea secundaria, de algún modo se priorizó la conservación del material publicitario como carteles, y fotos. Creo que no tengo ningún referente en América Latina que iguale nuestra colección, que incluye una colección de carteles absolutamente invaluables, desde los años 30 hasta la actualidad”.
Entrevista Eugenio Jaramillo; Cinemateca Museo La Tertulia; 5 de diciembre de 2018.
“El trabajo de las Cinemateca en todo el mundo es el oscuro y esforzado de la preservación de films, de las investigaciones históricas, del acopio de documentación. Aunque esa concepción de la cinemateca de América latina la rechazan finalmente. Porque entienden que el trabajo cultural de las Cinematecas debe ser activo, directo, incidir sobre el medio, transformar las estructuras de difusión, conocimiento y realización de filmes en función de intereses culturales en tiempo presente, y a pesar de que en los últimos años las cinematecas han ejercido en varios países un papel importante, la tradición quiere que sus responsables permanezcan en el oscuro anonimato, lo que está bien”.
Hoja de ruta escrita por Eugenio Jaramillo en 1987, año en que tomó el cargo de director a pedido de Ramiro Arbeláez.
A este respecto también podemos citarlas palabras de Ramiro Arbeláez6 y Yamid Galindo7, historiadores que no solo se desempeñan como investigadores de la historia del cine regional y nacional, sino que tienen parte de esta historia como director por casi una década y facilitador en sala por nueve años, respectivamente. Galindo señala como uno de los factores más importantes en la no consecución de esta labor patrimonial con respecto a la conservación de filmes, el que la forma en que se almacenaban las películas no fue acertada, cosa que ocasionó la pérdida de todos los films arriba citados; material que había sido donada en muchos casos por sus autores o instituciones como la Cinemateca Uruguaya. Decenas de películas en nitrato de celulosa se deterioraron al no contar la Cinemateca con un espacio acondicionado para su conservación:
“Todo eso se terminó botando. Tocó conseguir un vehículo y un espacio para que se llevaran ese material a incinerar. Esa fue una historia triste pues tocó sacar todo ese material que olía a vinagre y que estaba pronto a combustionar”.
Así, el nombre de cinemateca es un nombre fallido en su significado, pero que no podría cambiarlo porque hay una tradición y una historia que todos reconocemos: al lado del río Cali, en el antiguo charco del burro, en el Museo La Tertulia, hay una sala que reconocemos como la Cinemateca”.
Por su parte, Arbeláez, aunque reconoce que durante su dirección (1977-1986) existía la conciencia de que las cinematecas no solamente guardan el material audiovisual, sino que guardan todo lo que puede ser memoria de las producciones audiovisuales, y en ese sentido es necesario y muy útil guardar documentos acerca de las producciones como críticas, objetos y propaganda. Aun así, sostiene Arbeláez, lo más asequible (por su costo y logística) de guardar durante su dirección fueron fotografías y afiches de las producciones exhibidas:
“En la Cinemateca elegimos conservar este tipo de material de más fácil conservación porque sabíamos que no podíamos tener un espacio para conservación de las películas, pues había que construir un espacio -que no sabíamos dónde- y que tuviera una temperatura adecuada, con aire acondicionado permanente y demás condiciones. Cualquier campaña que hubiera podido hacerse para lograr que los cineastas vallecaucanos y colombianos donaran copias no se hizo, porque precisamente no teníamos donde guardar, entonces ¿para qué lo hacíamos?”.
La más reciente noticia a este respecto es que desde hace poco más de cuatro meses un equipo multidisciplinario trabaja en el proyecto Recuperación y Puesta en Valor del Archivo Cinemateca Museo La Tertulia, dedicados a sanitizar, inventariar y conservar el acervo de materiales provenientes del archivo que se ha acumulado por más de 45 años de historia: revistas de cine, programas de mano, carteles, fotografías, material publicitario y documentos históricos están siendo preparados para que puedan estar disponibles como material de consulta que enriquezca la memoria local y regional. Proyecto que marcha gracias al apoyo del portafolio de estímulos Gestión Del Patrimonio Audiovisual Colombiano del Ministerio de Cultura. Por lo pronto, cerramos esta aproximación a una historia del fondo Cinemateca, citando las palabras de Ramiro Arbeláez, que en la misma entrevista (2020) resumía la experiencia de esta labor patrimonial aplazada, al tiempo que abría una veta de promesa sobre el potencial y la necesidad de hacer público este fondo documental.
“Desafortunadamente ese es el problema… Creo que nosotros hubiéramos podido hacer una campaña de archivo de objetos, publicaciones y fotografías alrededor de lo que se había hecho en Cali y en el Valle del Cauca o en el Suroccidente, porque para la época en que yo trabajé como director (década de 1970 y 1980), seguramente había descendientes vivos de realizadores de películas muy importantes como Garras de oro o La Gran Obsesión. El Museo, desafortunadamente -o no sé si afortunadamente- tiene muchos frentes de trabajo, porque tiene todas las artes y eso es muy difícil de mantener. Solamente el cine podría ser una cosa inconmensurable”.
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1“Los fondos acumulados son documentos reunidos por una entidad en el transcurso de su vida institucional sin un criterio archivístico determinado de organización y de conservación. Los fondos acumulados son producto de la carencia de política archivística del Estado, del desgreño administrativo y de los cambios constantes de la administración. Esto conlleva a que la institución concentre en sus depósitos documentación producida por la o las entidades que la precedieron o de las cuales ha asumido algunas funciones”. (Fondos Acumulados. Manual de organización. Archivo General de la Nación. Bogotá, abril de 2004).
2“(i) la preservación de un patrimonio audiovisual (a travéś de una filmoteca, videoteca o mediateca), (ii) la circulación del patrimonio a travéś s de proyecciones, (iii) la formación de públicos y realizadores, y el (iv) desarrollo de investigaciones y publicaciones que fortalezcan los pilares anteriores”. (CORREA RESTREPO, Julián David; Las publicaciones de la Cinemateca Distrital: una memoria crítica para el cine colombiano. En Cuadernos de Cine Colombiano. Nueva Época: Cinemateca Distrital, Idartes; Bogotá: 2015).
3“En Bogotá, como entidad dependiente de la Secretaría de Educación del Distrito, se creó en 1971 la Cinemateca Distrital y en su seno, unos años después, la revista Cinemateca. En Medellín, en torno al cineclub de Medellín se creó la revista Cuadro, animada por Alberto Aguirre y Orlando Mora. Después empezó labores en la misma ciudad, la Cinemateca El Subterráneo. En Cali, alrededor del Cineclub y de la Revista Ojo al Cine se reunió un grupo brillante de personas que en los años siguientes iban a influir decididamente en la crítica y la realización: Caicedo, Mayolo, Ospina, entre otros. También en Cali, a mediados de la década, se fundó la Cinemateca La Tertulia en el flamante edificio del Museo del mismo nombre”. (ZULUAGA, Pedro Adrián; ¡Acción! Cine en Colombia; En Museo Nacional de Colombia, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Ministerio de Cultura, Bogotá: 2007).
4Documento inédito, parcialmente inventariado dentro de los documentos administrativos del actual Fondo Cinemateca, con fecha aproximada año 1980.
5Documento inédito inventariado dentro de los documentos administrativos del actual Fondo Cinemateca, Con fecha aproximada año 1990.
6Entrevista – Ramiro Arbeláez; Google Meet, Cali. 28 de agosto de 2020.
7Entrevista Yamid Galindo Cardona; Instalaciones de la Cinemateca Museo La Tertulia; 11 de diciembre de 2018.
REFERENCIAS:
Fondos Acumulados. Manual de organización. Archivo General de la Nación. Bogotá, abril de 2004.
CORREA RESTREPO, Julián David; Las publicaciones de la Cinemateca Distrital: una memoria crítica para el cine colombiano. En Cuadernos de Cine Colombiano. Nueva Época: Cinemateca Distrital, Idartes; Bogotá: 2015.
ZULUAGA, Pedro Adrián; ¡Acción! Cine en Colombia; En Museo Nacional de Colombia, Fundación Patrimonio Fílmico Colombiano, Ministerio de Cultura, Bogotá: 2007.
Semana TV, NAVIA, Olga Lucia, “Tras 16 años nació en Cali una Cinemateca”; Semana TV, sábado 10 de mayo de 1975.
El País, ‘Museo La Tertulia inaugura moderna cinemateca el día 6’; 5 de mayo de 1975. Cali, lunes 05 de mayo de 1975.
Entrevista a Eugenio Jaramillo, por Miguel A. Baralt. Cinemateca Museo La Tertulia; Cali, 5 de diciembre de 2018.
Entrevista a Yamid Galindo Cardona, por Miguel A. Baralt; Instalaciones de la Cinemateca Museo La Tertulia, Cali; 11 de diciembre de 2018.
Entrevista a Ramiro Arbeláez, por Miguel A. Baralt; Google Meet, Cali, 28 de agosto de 2020.
Documentos inéditos parcialmente inventariados dentro de los documentos administrativos y educativos del actual Fondo Cinemateca. Con fechas límite 1980-2000.