«Abandonen toda esperanza»
Artista: José Alejandro Restrepo
Curaduría: Ivan Tovar


Nos encontramos ante un momento de profunda decadencia global. Todas las manifestaciones de cinismo y crueldad arrasan con los comportamientos que intentan establecer una armonía o defender los valores éticos y fundamentales de la existencia. Políticas colonialistas siguen rigiendo desde los países más poderosos y en últimas, continuamos siendo presos del sistema colonial, aunque existan estrategias de disuasión que nos hagan pensar lo contrario. Al parecer, el momento de salvación de la humanidad se aleja cada vez más. La iglesia católica, envuelta en los escándalos de abusos sexuales a menores de edad en todo el mundo, ha visto cuestionada su institucionalidad y sus valores morales. En el contexto europeo, las ideologías apuntan para extremos opuestos, causando divisiones irreconciliables. El desastre ambiental está en permanente extensión.
Todos los modelos económicos han fallado y nos quedan sólo algunos movimientos que plantean soluciones sostenibles a los problemas contemporáneos. Sin embargo, el fuego que empezó a consumir y a quemarlo todo arde cada vez con más fuerza. El infierno es el planeta. Un infierno en donde los pobres huyen del hambre y la hostilidad de sus territorios, un infierno donde navegan barcos llenos de personas con las más minúsculas expectativas de dignidad, un infierno de relaciones sistematizadas, individualizadas y capitalizadas. Un infierno controlado por el cinismo, la incompetencia y la falta de empatía. Un infierno en donde la industria farmacéutica ha contaminado cada semilla que comemos. Un mundo putrefacto ausente de manifestaciones libres. Un mundo cifrado, bancarizado y mordaz, un mundo futurista. Un mundo en donde lo sagrado se tergiversa. Por esto es mejor no visitar esta exhibición. Para qué perder toda esperanza… quizás sea mejor conservarla y guardarla en una caja.


En su obra, Restrepo opera como un investigador. Con bastante agudeza rescata, activa y reinterpreta archivos o material que pertenece a otros. En este proceso intenta visibilizar ciertos momentos de esas búsquedas y manifiesta que sus piezas nos son más que gestos, apariciones, producto del ejercicio de su pesquisa. Su trabajo debe ser tenido en cuenta para entender cómo se han implementado los procesos de colonización modernos y contemporáneos. Es una inspección al inconsciente de nuestra idiosincrasia y la representación de las dinámicas sociales en relación con las herencias lingüísticas, con la imaginería heroica y con las convenciones religiosas y políticas.
Los imaginarios antiguos que visita, como los textos de Dante o las imágenes católicas barrocas, se inmiscuyen abruptamente en los acontecimientos cotidianos, como el palacio de justicia o los crímenes paramilitares. Lo religioso resulta una herramienta muy potente que pone en juicio esa relación que existe entre lo idealizado, lo sagrado y nuestra propia realidad, como si intentara hacer percibir la historia como un gran presente. Ese arriesgado discurso que deconstruye las imágenes cuenta la misma historia en otras palabras y a su vez transtorna la idea de la relación que existe entre la religión y la política, los medios de comunicación y la teatralidad.


Esta exhibición hace una revisión a la obra de este artista; una selección realizada especialmente para este espacio subterráneo. Estas piezas intentan romper un orden histórico, estableciendo conexiones anacrónicas que mientras van en busca del sentido intentan relacionarse con otros discursos. En la obra de Restrepo no existe la linealidad, el espacio/tiempo se trastoca; no hay pasado, ni presente, ni un futuro. Así, de la misma forma en que su trabajo tergiversa estas convenciones fenomenológicas, se plantea esta exhibición, con la mirada distraída, para que el espectador pueda deambular de una pieza a otra, desprevenidamente, y sin un rumbo fijo.